La radiactividad es una propiedad de
ciertos elementos químicos cuyos núcleos atómicos son inestables: con el tiempo,
para cada núcleo llega un momento en que alcanza su estabilidad al producirse
un cambio interno, llamado desintegración radiactiva, que
implica un desprendimiento de energía conocido de forma general como
"radiación". La energía que interviene es muy grande si se compara
con la desprendida en las reacciones químicas en que pueden intervenir las
mismas cantidades de materiales, y el mecanismo por el cual se libera esta
energía es totalmente diferente.
Los Descubridores
Antoine Henri Becquerel
Antoine Henri, hijo y nieto de dos científicos notables, nació en París en 1852; estudió en la Escuela Politécnica, donde después fue profesor.
En París,
en 1896, Becquerel descubrió accidentalmente la existencia de unos rayos
desconocidos que provenían de una sal de uranio. Notó que al poner en contacto
el compuesto de uranio con una placa fotográfica envuelta en papel negro,
se producía el mismo efecto que si la placa estuviera en presencia de los rayos
X. Le pareció sorprendente que de las sales de uranio emanaran radiaciones que
afectaban las placas fotográficas cuando éstas se encontraban protegidas de la
luz.
Becquerel pronto se dio cuenta de
que las radiaciones provenientes del compuesto de uranio no eran originadas por
una reacción química, y que al aumentar la concentración del uranio en el
compuesto químico se velaba más rápidamente la placa fotográfica que cuando la
sal tenía menos uranio.
Cuando Becquerel publicó los
resultados de sus investigaciones sobre los rayos provenientes del uranio, los
esposos Pierre y Marie Curie, sus amigos, se interesaron mucho en este fenómeno
tan misterioso.
Pierre y Madame Curie
Pierre Curie nació en París, Francia, en 1859. La educación que recibió produjo sus frutos: fue bachiller a los 16 años, licenciado en física a los 18 y a los 19 ayudante de laboratorio del profesor Desains en la Universidad de la Sorbona en París.
Posteriormente, dejó la Sorbona
para trabajar como jefe de laboratorio en la Escuela de Física y Química de la
ciudad de París. Allí continuó sus investigaciones, de gran importancia; entre
otras cosas, descubrió lo que ahora se conoce como la ley de Curie sobre el
magnetismo.
Pierre Curie conoció en París a
Manya Sklodowska, quien en ese entonces estudiaba en la Sorbona, y poco tiempo
después sería conocida en todo el mundo como Madame Marie Curie.
Manya Sklodowska nació en un
antiguo barrio de Varsovia, Polonia, en 1867. Se trasladó a París para ingresar
en la Facultad de Ciencias de la Universidad de la Sorbona. Con muchas
privaciones obtuvo su licenciatura en ciencias físicas y un año después en
ciencias matemáticas. Fue en ese tiempo cuando Pierre Curie y ella se
conocieron, y en el verano de 1895 contrajeron matrimonio.
Madame Curie junto a su esposo Pierre
Curie, empezaron a estudiar el raro fenómeno que había
descubierto Becquerel. Estudiaron diversos minerales y se
dieron cuenta de que otra sustancia el torio, era "radiactiva",
término de su invención. Demostraron que la radiactividad no era resultado de
una reacción química, sino una propiedad elemental del átomo. En 1898
descubren dos nuevas sustancias radiactivas: el radio y el polonio, mucho más
activas que el uranio. Pierre estudiaba las propiedades de la radiación, y
Marie intentaba obtener de los minerales las sustancias radiactivas con el
mayor grado de pureza posible.
En 1903 recibieron el premio
Nobel de física junto con Becquerel por el
descubrimiento de la radiactividad natural.
Al poco tiempo murió Pierre Curie
en un accidente. Madame Curie siguió trabajando y fue
la primera mujer que ocupó un puesto en la Universidad de la Sorbona en Paris.
Siguió investigando junto a Ernest Rutherford, quien
encontró que la radiación que emitían las sustancias radiactivas, tenía tres
componentes que denominó: alfa, beta y gamma.
Madame Curie siguió estudiando el
fenómeno de la radiactividad durante toda su vida, prestando especial atención
a las aplicaciones médicas de la radiactividad junto con los rayos X, recién
descubiertos. Madame Curie murió a los 60 años de leucemia en 1934. Su hija Irene
continuó su trabajo con la misma pasión junto a su marido, con el que descubrió
la radiactividad artificial y por lo que recibieron el premio Nobel.
Partícula alfa: Son flujos de partículas cargadas positivamente compuestas por dos neutrones y dos protones (núcleos de helio). Son desviadas por campos eléctricos y magnéticos. Son poco penetrantes, aunque muy ionizantes. Son muy energéticas. Fueron descubiertas por Rutherford. Este tipo de radiación la emiten núcleos de elementos pesados situados al final de la tabla periódica (A >100). Estos núcleos tienen muchos protones y la repulsión eléctrica es muy fuerte, por lo que tienden a obtener N aproximadamente igual a Z, y para ello se emite una partícula alfa. En el proceso se desprende mucha energía, que se convierte en la energía cinética de la partícula alfa, por lo que estas partículas salen con velocidades muy altas.
Desintegración beta: Son flujos de electrones (beta
negativas) o positrones (beta positivas) resultantes de la
desintegración de los neutrones o protones del núcleo cuando éste se encuentra
en un estado excitado. Es desviada por campos magnéticos. Es más penetrante,
aunque su poder de ionización no es tan elevado como el de las partículas alfa.
Radiación gamma: Se
trata de ondas electromagnéticas. Es el tipo más penetrante de radiación.
Al ser ondas electromagnéticas de longitud de onda corta, tienen mayor
penetración y se necesitan capas muy gruesas de plomo u hormigón
para detenerlas. En este tipo de radiación el núcleo no pierde su
identidad, sino que se desprende de la energía que le sobra para pasar a otro
estado de energía más baja emitiendo los rayos gamma, o sea fotones muy
energéticos. Este tipo de emisión acompaña a las radiaciones alfa y beta. Por
ser tan penetrante y tan energética, éste es el tipo más peligroso de
radiación.
La radiactividad se aprovecha para la obtención
de energía nuclear, se usa en medicina (radioterapia y radiodiagnóstico)
y en aplicaciones industriales (medidas de espesores y densidades, entre
otras).
La radiactividad puede ser:
· Natural: manifestada
por los isótopos que se encuentran en la naturaleza.
· Artificial
o inducida: manifestada por los radioisótopos producidos en
transformaciones artificiales.
En 1896 Henri
Becquerel descubrió que ciertas sales de uranio emiten
radiaciones espontáneamente, al observar que velaban las placas fotográficas
envueltas en papel negro. Hizo ensayos con el mineral en caliente, en frío,
pulverizado, disuelto en ácidos y la intensidad de la misteriosa radiación era
siempre la misma. Por tanto, esta nueva propiedad de la materia, que recibió el
nombre de radiactividad, no dependía de la forma física o química en la que se
encontraban los átomos del cuerpo radiactivo, sino que era una propiedad que
radicaba en el interior mismo del átomo.
El matrimonio
de Marie y Pierre Curie, quienes encontraron otras sustancias
radiactivas: el torio, el polonio y
el radio.
Marie Curie dedujo que la
radiactividad es una propiedad atómica. El fenómeno de la radiactividad se
origina exclusivamente en el núcleo de los átomos radiactivos.
Con el uso del neutrón,
partícula teorizada en 1920 por Ernest
Rutherford, se consiguió describir la radiación
beta.
En 1932, James
Chadwick descubrió la existencia del neutrón que
Rutherford había predicho en 1920, e inmediatamente después Enrico Fermi descubrió
que ciertas radiaciones emitidas en fenómenos no muy comunes de desintegración
son en realidad neutrones.
La
radiactividad artificial, también llamada radiactividad inducida, se
produce cuando se bombardean ciertos núcleos estables con partículas
apropiadas.
Fue
descubierta por los esposos Jean Frédéric Joliot-Curie e Irène Joliot-Curie, bombardeando núcleos
de boro y
de aluminio con partículas alfa. Observaron que las sustancias
bombardeadas emitían radiaciones (neutrones
libres) después de retirar el cuerpo radiactivo emisor de las
partículas de bombardeo.
El estudio de la radiactividad permitió un mayor
conocimiento de la estructura del núcleo atómico y de las partículas subatómicas. Se abrió la
posibilidad de convertir unos elementos en otros. Incluso se hizo realidad el
ancestral sueño de los alquimistas de crear oro a partir de otros
elementos, como por ejemplo átomos de mercurio, aunque en términos prácticos el
proceso de convertir mercurio en oro no resulta rentable debido a que el
proceso requiere demasiada energía.
El 15 de marzo de 1994, la Agencia Internacional de la Energía
Atómica (AIEA) dio a conocer un nuevo símbolo de advertencia de
radiactividad con validez internacional. La imagen fue probada en 11 países.
La radiactividad en Fukushima
Interesante
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